Se conmemoró el Día de la Memoria, la Verdad y la Justicia
Pinamar (por Sergio Michnowicz).-
Convocados por la Jefatura Distrital de Educación, las escuelas de esta ciudad junto a las autoridades comunales, Concejo Deliberante, Concejo Escolar, fuerzas de seguridad e instituciones intermedias, conmemoraron ayer el Día de la Memoria, la Verdad y la Justicia, al cumplirse el 33º aniversario del golpe de Estado de 1976 que desembocó en una de las mayores tragedias de nuestra historia. El acto se desarrolló en la plazoleta de Av. Bunge y playa, frente a un mar que durante los años de plomo devolvió en varias oportunidades a personas que arrojaban desde aviones en los llamados “vuelos de la muerte”, símbolo nefasto del Proceso de Reorganización Nacional. Fernando Espinach, dirigente de la Asociación de Guardavidas de Pinamar, tomó la palabra. “En nombre de los guardavidas quería felicitar a toda la comunidad educativa de Pinamar por este acto. Es muy importante la presencia de todos los chicos.” Luego leyó lo siguiente. “Golpe de Estado. Plan sistemático de destrucción de la economía nacional. Corrupción, robo, estafa y saqueo de los bienes del país y de las personas. Pérdida del estado de derecho. Usurpación de las instituciones de la democracia. Congreso Nacional cerrado. Anulación de los derechos sindicales de los trabajadores. Toque de queda. Estado de sitio. Pérdida de las libertades individuales. Discriminación étnica y destrucción social. Censura de prensa, televisión, radio, cine y teatro. Quema de libros. Persecución política. Persecución por tener ideas distintas. Secuestro de personas, tortura y muerte. Robo de bebés y niños. En suma, pérdida de los derechos humanos.” “Todo esto que ocurrió en nuestro país no fue provocado por un ataque de seres invasores, sino por un grupo de personas que llevó a cabo un plan sistemático para quitarle el poder cívico de las manos del pueblo. Pero para que fuera posible que este grupo lograra su objetivo, fue necesario contar con una complicidad de diversos sectores de nuestra sociedad. Hablo de partidos políticos, sectores de la prensa, sectores de la iglesia, de los sindicatos, del sector empresarial, también algunos intelectuales y profesionales, sectores de los artistas y hasta de la farándula.” “¿Y porqué esta complicidad, que es lo que nos preguntamos? Quizás se tuvo el error de creer que en lugar de corregir las imperfecciones de la democracia, era mejor instalar un régimen dictatorial, priorizando además los intereses propios por encima de los derechos del pueblo. Todas estas cosas que sucedieron en la Argentina en el pasado, ¿pueden volver a sucedernos hoy? Depende de nosotros siempre que no olvidemos el valor de los derechos humanos y de la democracia. Y hagamos todo lo posible por defenderlos venciendo el miedo. Siempre que no permitamos que nuestras voces sean silenciadas, siempre que ante la dificultad de lograr un objetivo, sigamos intentándolo. Siempre que no nos olvidemos de la memoria y defendamos su valor. Siempre que contemos con ella como instrumento y para recordar el pasado, y aprender de los errores. La memoria será así la que permitirá construir un mejor futuro. La memoria es el arma de la vida y de la historia de los pueblos.” Acto seguido, el poeta pinamarense Sergio Hernández se dirigió “a los chicos, solamente a ellos, porque nosotros los adultos sabemos lo que pasó en este país. Muchos hicimos fuerza para que no sucediera. Otros no. Colaboraron con el régimen. Por eso les pido a los chicos fundamentalmente que no se queden con este festejo solamente. Que les pregunten a sus padres qué es lo que pasó realmente. Que les pregunten a sus maestros, que investiguen, que sepan. Es la única forma de que esto no nos vuelva a pasar. Y para que estos guardapolvos blancos sean posibles, las risas y los juegos de ustedes, este país y esta sociedad se desangró con un altísimo costo en vidas. Para ellos, un homenaje.” Luego la inspectora Josefina Fresno hizo una breve reseña del significado de esta jornada. “Recién cuando escuchaba al presidente de la Asociación de Guardavidas, estaba pensando que fue muy breve y sencillo lo que dijo. Además ellos están trabajando en un lugar muy caro para todos nosotros. El mar, donde pasaban los vuelos de la muerte. Y yo vivo particularmente en el Partido de la Costa, y allí cerquita en el cementerio de General Lavalle había muchos de esos desaparecidos en los vuelos de la muerte y entre ellos estaba la fundadora de Madres de Plaza de Mayo Azucena Villaflor. Hace muy poco tiempo fueron recuperados los restos. Vaya mi homenaje a los guardavidas que están trabajando en ese lugar.” “A todos los presentes. El 24 de Marzo de 1976 es un punto de inflexión en la historia argentina. El golpe de Estado que dio inicio a la dictadura cívico militar desaparecedora de personas, ha significado la reafirmación de la violencia ejercida hacia los sectores populares a través de las fuerzas armadas y de seguridad, configurando lo que dio en llamarse terrorismo de Estado.” “Para entonces, tanto en nuestro país como en el plano internacional había varios focos de conflicto en una sociedad profundamente politizada como era la de los años '70. a la lucha de capitalismo y comunismo, propia de la Guerra Fría, se le sumaba significativamente la confrontación entre el neoliberalismo en pañales y el modelo del Estado interventor. En nuestro país la noción de Estado popular, interventor en el plano económico, revolucionario en tanto cuestionó desde su estructura al estado liberal, seguía constituyendo una amenaza realizable que los sectores tradicionalmente dominantes combatieron y, si es necesario, combatirán apelando a la violencia. En el plan económico, en 1976 se planteaba la disputa por la hegemonía entre el complejo financiero ruralista y los despojos de la industria nacional. Junto a los productores de la Sociedad Rural, hoy el sector autoproclamado campo, los representantes del sector financiero y la Secretaría de Estado norteamericano visualizaron como solución final para la conservación de su hegemonía la necesidad de instalar definitivamente un libre mercado a través de un genocidio planificado, excediendo el marco nacional y formando parte de un plan de alcance continental. Los comandantes de las Fuerzas Armadas y el poder económico, encabezaban la represión y la revalorización financiera sembrando nuestro país de terror y hambre. Ahora compañeros, colegas, utilicen las palabras que ustedes quieran, pero úsenla. Siéntanse al lado del otro que está allí. Ahora algunas certezas. Para los militares argentinos y los sectores económicos golpistas el Estado no debía intervenir en las leyes supuestamente naturales de la economía. El libre mercado debía de estar por sobre el Estado; el Estado en manos de un gobierno de facto ejercía el terror con el objetivo de instalar la lógica neoliberal. Ergo, los militares fueron el brazo armado de los sectores económicos dominantes. En los inicios de la instalación del neoliberalismo, en la última dictadura cívico-militar, hemos perdido 30 mil de los nuestros, estudiantes y trabajadores de todo tipo. Al genocidio perpetrado por los militares a favor de los sectores dominantes, le siguió un desafío de proporciones: la consolidación democrática con el pueblo de a pie derrotado, en un contexto de marcada debilidad en los sectores populares. Por ello fue posible la culminación de los postulados del poder y de la embajada norteamericana a través de la eufemística fórmula «apertura económica + reforma del Estado». Por ello, a las desapariciones de compañeros militantes le siguieron el miedo, la despolitización, la desocupación estructural y el hambre en proporciones trágicas. Por ello, la crisis de representatividad política se profundizó y alejó a gran parte de los sectores populares de la participación. Por ello hoy tienen buena prensa aquellos que amablemente invitan a no pensar en términos políticos, los mismos que han sensibilizado por esos medios a una importante porción de la clase media en aparente solidaridad con los que más tienen. Los de siempre, a los que no les interesa la suerte de los que menos tienen. Pero que aprendió a administrar buenos modales y no se aguanta que los derechos humanos sean una política de Estado, desde una perspectiva amplia y compleja, concibiéndolo como derechos sociales inherentes a la condición humana, producto de luchas y conquistas históricas. Que no soportan los pañuelos blancos, símbolo de lucha y memoria. Que no se aguantan la presión hacia el poder judicial para que la resolución de los procesos judiciales que deben condenar a los genocidas, sean más expeditivos. Una clase social que sigue pensando al país como su exclusiva propiedad, como su estancia y sus negocios, que no se toleran los avances hacia una nueva ley de medios, superadora de la ley de radiodifusión sancionada en la última dictadura, sin siquiera leerla y permitir el debate. Que no se aguanta, entre otras cosas, la estatización de los fondos jubilatorios porque privan el negocio de las AFJP. En definitiva, una clase que ha encontrado en los exitosos empresarios funcionales a la desmemoria, una restauración posible de la hegemonía del mercado que impida nuevamente a la consolidación de una política de redistribución de la riqueza. Porque la sangre derramada de nuestros compañeros y hermanos no ha sido en vano. Es necesario no perderse en devaneos teóricos puristas y minoritarios, que solo son funcionales a los sectores económicos dominantes, recurrentemente restauradores de sus privilegios. Porque el campo nacional y popular, donde está la educación pública potente, se construye militando en cada barrio, cada sindicato, cada espacio comunitario, cada escuela y en cada lugar de trabajo. Por eso reiteramos que hacemos memoria a través de la acción y también, como es nuestro caso, de la palabra. Es la única manera de llegar a una certeza insoslayable. La memoria, la verdad y la justicia no se negocian.” En el cierre, un grupo de guardavidas, acompañados por chicos de las escuelas pinamarenses, llevaron una ofrenda floral mar adentro, como homenaje a aquellas víctimas de la represión y en su memoria.
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